jueves, 16 de abril de 2009

El pasar de los años...


Vamos creciendo, nos vamos haciendo mayores. Hasta hace muy pocos años éramos niños que recogían sus preocupaciones en mochilas con libros, en pegatinas dentro de un dulce de chocolate, en números repetidos de pegatinas de un álbum, en canicas perdidas y en alguna que otra caída con curas que escocían.

Las soluciones eran sencillas, incluso para los problemas más descomunales. Ante las pesadillas corríamos a la habitación de mamá, ante las personas que nos hacían daño nos escondíamos tras nuestros hermanos mayores, cuando teníamos alguna carencia ahí había alguien dispuesto a cubrirla. Si llegábamos a casa mojados (por la lluvia) unas cómodas y calentitas zapatillas estaban aparcadas junto a la puerta...una madre preocupada nos abrazaba y nos invitaba a pasar y con gran avidez colocaba un plato caliente ante nosotros.

No existían preocupaciones económicas, al menos para nosotros, éramos mentes libres de culpa, de miedos, de olvidos y de tambaleos sentimentales. Los malos momentos desembocaban en un llanto nervioso, impulsivo, que solía durar una media de 5 minutos. Y el sol volvía a salir.

El tiempo pasa, las tardes caen cada vez más ligeras, la vida nos apremia con una sabiduría controlada y con una experiencia a veces indeseada. Nos hacemos mayores y los períodos de tiempo que existen entre los recuerdos y nuestros presente cada vez son expresados con números más altos.

Nuestros hermanos crecen, y ahora, algunas veces, son ellos los que se refugian tras nuestras espaldas. Los trabajos vienen y se van, y los cromos son sustituídos por esas estampas tan feas con una cifra en euros grabada.

El orgullo por los nuestros crece...vemos cómo un hermano lleva a cabo una organización de un metroparque, cómo una hermana se desenvuelve sola, ante un Madrid cada vez más grande. La habitación de mamá se cierra cuando cae la noche, y ninguna pesadilla te hace ir a su cama.

A veces, cuando te acuestas te da miedo pensar qué ocurrirá cuando tu pasado realmente quede atrás...qué ocurrirá si los cambios se aceleran, si las tardes pasan más rápidas aún.

Mientras tanto, y ante los miedos, me aferro al día de hoy. Abrazo a mi madre. Trato de que todo siga igual...busco la estabilidad en esta vida cambiante, en la que los recuerdos se pierden en una bruma cada vez más fugaz...cada vez más lejana.




*Foto: metroparque de Granada.

1 comentario:

Raziel dijo...

¿Sabías que l@s bruj@s manejan el tiempo?,para ellos el tiempo no es lineal y el pasado,presente y futuro no tienen necesariamente este orden,Merlin vivía hacía atrás en el tiempo,lo que le daba perspectivas muy diferentes a las que conocemos.

En el momento que recuerdas el pasado,lo traes y lo vives en el presente,el presente un segundo después es pasado y el futuro puedes vivirlo antes de que suceda.
El tiempo es relativo cuando lo separas del espacio.
Jajajajja no me hagas mucho caso!! en ocasiones desvarío un poco!!.

Dejo una frase célebre para quien quiera analizarla:

No me da miedo mañana, porque he visto ayer y me encanta hoy (William Allen White)

Un saludo bien grande.