viernes, 5 de junio de 2009

Las palabras recorridas


Hay veces en que salen de los labios sólo palabras ya escuchadas. Frases que oscilan en el espacio en forma de bucles bien formados, que se repiten una y otra vez.

Hay veces, en que las conversaciones se vuelven aplastantes y en que es necesario recurrir a un silencio que aporte cierta fluidez al momento.

Hay personas que con sólo su presencia nos hacen disfrutar, personas que te acompañan en un mismo lugar físico y con eso es más que suficiente. Pero el ser humano tiene (me mantengo al margen de situarme en una especie tan extraña) la "cualidad" de unir conceptos. Tiene asimilado el concepto de "pareja" en todos los campos existentes.

No vamos a centrarnos ahora en el campo personal, del que tanto hemos hablado y seguiremos hablando. La concepción de "pareja" que tenemos hoy en día, que nace en el terreno sexual-afectivo se extiende a todas las áreas que constituyen nuestra vida. No hay uno sin dos. No hay leche sin azúcar o cola-cao. No hay ginebra sin tónica, (y para los más osados que ahora mismo se estén sonriendo por tomar un trago a palo seco, siento deshacer vuestra sonrisa, pero no hay ginebra sin hielo, hielo sin vaso, vaso sin algún lugar donde ser posado, y en definitiva, no hay ginebra sin botella, botella sin tapón...). No existe casa sin tejado, cama sin almohada, bocado de pan sin ser mezclado con otro sabor. No hay planta sin tiesto, ni tiesto sin tierra. Y un largo etcétera que se me haría imposible de transcribir en una sola vida.
La individualidad está menos preciada. Y ésto se extiende al tema con el que empezaba el comienzo de mi escrito. No hay "cita sin palabras". Las palabras sin lugar a duda, es lo más maravilloso construído por el hombre, pero todo debe ceñirse a un molde estrecho en el que lo cocinado no se vuelva empachoso.

Las citas con palabras en demasía (como diría mi amiga Silvia), son citas empachosas. Después de algo así una vuelve a casa con una sensación de empalago, y dolor de estómago y de cabeza, tal y como se hubiera tomado un gintonic con botella y vaso incluídos.

El arte de la comunicación es darle una importancia vital al silencio. Aplaudirle pero no alentarle con palabras. Mantener al margen esas expresiones tantas veces ya sonadas y sobretodo, cuando una vuelve a casa, abrazarlo y quererlo, respetarlo unos minutos, al menos hasta la próxima cita.

2 comentarios:

Abigail LT dijo...

me ha encantado tu texto, estoy deacuerdo...

en el mío también hablo de silencios y de decir cosas con miradas...

hay silencios tan maravillosos...


te quiero.

L. Gloomynight, B. Moonshine & A. Darkshadow dijo...

El Rincón de las Brujas:
Somos tres hermanas brujitas que ofrecemos y rogamos ayuda de gente interesada en plantas pociones para todo tipo de usos: amor, belleza, protección, salud, etc.
Por favor, si conoces gente a la que le pueda interesar nuestra página, coméntale quiénes somos y de lo que trata nuestra página.
Muchas gracias.
Atentamente,
L. Gloomynight (en nombre de las Tres Hermanastras Brujas)




Me ha encantado lo escrito <3