miércoles, 27 de enero de 2010

Diario de un alma helada


Somos curiosos los humanos (nuestras mentes incluídas). Nos gusta utilizar proverbios, expresiones de nuestras abuelas, refranes o rimas al comenzar a contar algo o al finalizar una historieta familiar.
Me acojo a esa peculiaridad que tanto nos caracteriza, y utilizaré "El tiempo pasa volando" para comenzar a relatar, brevemente, mi reencuentro con la ciudad de hielo.

Pues, efectivamente, el tiempo pasa que vuela. He pasado un mes maravilloso en nuestro soleado país, aunque esta luminosa propiedad no ha estado muy visible durante toda mi estancia allí. Sólo he podido disfrutar de dos mañanas soleadas. No me ha llegado el sol ni para un día entero.
El caso, es que tras ese mes de viajes, reencuentros, visitas a los viejos bares, películas en mi precioso salón y sueños sin luz (un gran invento la persiana), la fecha de regreso se acercaba. Y se acercó tanto que una buena noche me ví durmiendo en el suelo del aeropuerto de Barajas, esperando para facturar mi maleta cargada de recuerdos, buenos augurios para esta última etapa y kilos de amor incondicional (que es lo que más ha pesado en la marcha).

Varsovia me ha recibido con los brazos cerrados, para no perder el poco calor que su cuerpo aun reserva. Medio metro de nieve, como mínimo, en todas sus calles, naturaleza helada o inexistente, media hora más de luz en estos días que se me antojan fugaces, y -20 grados insistentes que se niegan a abandonar sus calles.

El panorama parece duro, y lo es. Pero aprovechando la tesitura y el tema con que inicié mi escrito, diré que "ahora comienza lo bueno", la primavera casi asoma la cabeza a finales del mes que ya comenzamos, y estoy segura de que la estancia aquí se hará un poco más llevadera.

Deseo, con todo el alma (aunque la mía casi yazca helada en el rincón de la habitación), que todo lo que ahora quede por vivir sea bueno, me enseñe mucho más de lo que espero y llene esos pequeños huecos vacíos que traje del sur de mi país.

Un beso enorme a todos, y toda la suerte para este jovencito 2010.

Buenas noches, duendes.

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